Cada like, cada búsqueda, cada ruta que guardas, cada mensaje que envías, cada minuto que pasas desplazando contenido estas poniendo semillas de ti misma en un campo que no es tuyo.
Tu rastro de datos - es el reflejo digital de tus miedos, deseos y vulnerabilidades - se ha convertido en el activo más valioso del siglo XXI. Tus segundos de atención es el producto que se vende al mejor postor. Tu personalidad que es el resultado de todos esos datos de incalculable valor que sirven para predecir patrones de compra y ofrecerte lo necesario en el momento correcto - de mayor vulnerabilidad - para manipular tus decisiones.
¿Las llamamos ya plataformas de extracción o esperamos un poco?
El extractivismo es el modelo depredador que trata a los recursos como botín infinito para extraer valor hasta el agotamiento. Primero están a por los recursos naturales. Ahora le toca el turno a tus datos.
Puedes intuirlo, pero lo siguiente más codiciado en este mundo después de tus datos son esas líneas de código. Ese algoritmo se encarga de organizar el contenido que ves, y decide la relevancia en función de las interacciones que hayas tenido con el contenido anterior. Tiene varios objetivos, que pases más tiempo ahí para así mostrarte publicidad que es una fuente de ingresos para la plataforma. removerte por dentrolas emociones más viscerales son las que nos hacen interactuar con el contenido – principalmente odio, pero el amor, la compasión o las injusticias también sirven –
El contenido que te remueva por dentro será organizado para mostrartelo con mayor frecuencia para seguir en la espiral de consumo de contenido – El más heavy es el de Tik tok –de ahí la guerra comercial para comprar la plataforma por Estados Unidos, primero la bloquea y cuando reune el capital la compra. Tik Tok una plataforma no solo de diversión, sino también de campañas culturales y políticas. La información se comprende mejor si está dentro de un contexto Es oficial: Estados Unidos activa la prohibición de TikTok en nueve meses salvo que la plataforma pase a sus manos
Me pongo a escribir y acabo en derroteros, perdón – me dejo arrastrar por la pasión de los conspiranoicos –, el caso es que hasta que los politicos no legislen que se puedan auditar esos algoritmos estamos todos vendidos desde hace mucho.
No se trata de tener algo que ocultar. Se trata de tener algo que proteger: tu autonomía, tu criterio, tu derecho a un futuro no determinado por algoritmos que te conocen mejor que tú misma.
